1. El adicto a la tecnología pone como actividad prioritaria la utilización del objeto, y pasa a segundo lugar lo cotidiano, como pueden ser las relaciones familiares, los estudios, el trabajo o los amigos.
2. Se aísla de los miembros de la familia, y tiene comportamientos que generan problemas con los amigos, estudios y/o trabajo.
3. Los adictos a los videojuegos tienden a eliminar la relaciones sociales por completo, ya que ésta es una actividad individual a la que se dedican mucho tiempo del día.
4. La persona pasa mucho tiempo en Internet, hablando por el celular o pendiente al envío de mensajes.
5. El adicto a la tecnología deja que las facturas de teléfono se eleven excesivamente, y no pone medidas para reducirlas.
6. Utiliza el celular para realizar todas las gestiones posibles; el contacto personal queda reducido al mínimo.
7. Aun estando con sus amigos, el adicto sigue usando el celular. O bien, va a todos los sitios con éste: a la comida, al baño, durante las clases...
8. El afectado le miente a su familia, falta al trabajo o al colegio. Es decir, se convierte en esclavo de la tecnología, sin libertad de decisión ni control sobre su persona.
Estas son algunas de las características que distinguen a los niños y adolescentes de nuestro tiempo y que, a simple vista, podrían pasar por meras herramientas que les distraen y entretienen. Sin embargo, cuando esas aficiones se convierten en adicción, es cuando comienzan a surgir los problemas ya que cuando su uso se convierte en abuso el problema que ocasionan a las familias es tan grande que merece la pena estudiar estas conductas como adicciones. Además, se habla mucho de estos asuntos, dando por verdades cuestiones que no se han verificado.
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